Casa flotante en Copenhague
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Esta semana no dejamos de lado el estilo nórdico, pero lo veremos desde un punto de vista diferente.
Vivir en una casa flotante no es una idea que me resulte especialmente atractiva. Aunque estéticamente me parecen preciosas y es un tipo de vida con un punto bohemio que me atrae, no puedo evitar imaginármelas húmedas y con un constante balanceo, que no es si es así, pero yo soy muy sensible al movimiento y enseguida me mareo.
En fin, no es algo que le apetezca a todo el mundo pero era el sueño de George, el dueño de la vivienda que os enseño hoy. Y lo consiguió, convirtió este remolcador construido en Bremen en 1924, en un hogar que comparte con su esposa y el hijo de ambos.
A pesar de la reforma, exteriormente sigue siendo un barco atractivo a la vista. Se ha tratado con un tipo especial de epoxi que se usa para tratar los rompehielos y que no necesita mantenimiento en veinte años.
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Empezamos por la moderna cocina, hecha a medida por un carpintero, igual que las escaleras que se ven al fondo. Es una cocina muy agradable y no demasiado pequeña, que es lo que yo habría esperado. Con los muebles blancos, la encimera de madera y un extractor de isla cilíndrico es además, muy acogedora.
Tengo que decirlo, el suelo me parece maravilloso.
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Bajamos al nivel inferior por estas escaleras, decoradas con arte antiguo y un cartel de publicidad que combina muy bien con el techo pintado de negro.
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En el mismo espacio tenemos sala de estar, comedor y un pequeño espacio de oficina.
Aunque en esta foto la sala de estar parece oscura, no lo es, tal y como se aprecia en las siguientes fotos.
Amueblada con lo que parece un sofá Chester vintage y con clásicos del diseño escandinavo: la butaca Swang de Arne Jacobsen y las sillas de Wegner delante del cuadro, que por cierto, es el elemento que se lleva todas las miradas.
El mueble escritorio de pared me parece muy bonito. La lámpara sobre él es francesa.
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En la foto del comedor ya podemos ver que es un espacio con luz. La mesa está hecha de hormigón y el banco obviamente también se ha fabricado a medida. La chimenea es giratoria.
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De aquí se sale directamente a la terraza de abajo, con una mesa y sillas de mimbre.
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Sólo hay foto del dormitorio principal, que es bastante pequeño pero bien aprovechado: la zona inferior de la cama sirve como espacio de almacenaje.
Recibe luz de unas pequeñas claraboyas en la parte alta de la pared. Las lámparas de lectura son de Artemide.
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Del baño, tenemos foto de la ducha. Con suelo de madera, alicatado de azulejo blanco y muy buen tamaño. La ventana en el extremo la hace aún más confortable.
El suministro de agua proviene de un tanque que se rellena cada dos semanas.
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La terraza de arriba, con vistas a Copenhagen está también amueblada con viejos muebles de mimbre y las macetas le dan su punto de hogar. Sólo falta un candelabro como el Helmet, perfecto para exterior.
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