Clásico renovado en Suecia
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Hoy toca un bonito piso sueco de dos habitaciones, 82 m2 y decorado en un estilo nórdico sobrio y clásico.
Situado en un edificio construido en 1926 conserva el estilo clásico de principios del s. XX gracias a elementos originales como aparadores, radiadores de hierro fundido o el cristal de las ventanas soplado a mano, lo que le confiere unas irregularidades que rompen los rayos de sol creando una atmósfera muy cálida.
Fachadas y puertas exteriores han sido restauradas siguiendo el diseño original y las puertas están pintadas con pintura al temple de huevo, tal y como se pintaron cuando la casa fue construida.
Como anécdota: este edificio fue uno de los primeros en instalar calefacción hidrónica pero el constructor, que vivía en uno de los apartamentos, no se fiaba y puso estufas.
Desde una primera entrada se accede a la cocina y a un pasillo que lleva al resto de habitaciones, excepto al dormitorio principal, contiguo a la sala de estar.
En la primera parte, vemos la puerta original, con cristal esmerilado y las paredes revestidas con listones de madera pintados de blanco. A continuación, las paredes lisas pintadas también de blanco.
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La sala de estar comparte espacio con el comedor. Muy espaciosa, permite colocar, además de la mesa de comedor, dos sofás. En contraste con las sillas clásicas, las dos mesitas de café son diseño danés moderno, de la marca Hay, la Slit y la Bella.
Las paredes blancas y el suelo de madera teñida de blanco, reflejan la luz que entra por los dos grandes ventanales convirtiendo la sala en un lugar luminoso y cálido, a lo cual contribuyen también los elementos vegetales y textiles, como el mantel de lino, clásico y actual al mismo tiempo.
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Desde la sala se entra al dormitorio principal a través de una elegante puerta corredera. También súper luminoso, por las dos ventanas propias y por la luz que recibe indirectamente desde el salón. Bastante grande para albergar una cama doble y espacio de almacenaje, está decorado en blanco y negro, como el resto de la casa.
En una esquina, un rinconcito de lectura, donde vemos la mesita DLM de Hay.
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También está decorado en un sobrio blanco y negro el dormitorio infantil, que digo que es infantil por el tipi porque poco más hay que lo indique, podría ser perfectamente la habitación de un adolescente o incluso de un adulto, a mí la habitación me encanta, aunque si es para un niño/a, me gusta que sea neutro pero me falta un pelín de color.
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La cocina, con dos frentes, es muy cómoda a la hora de trabajar varias personas a la vez. Muebles blancos de estilo clásico que no desentonan con el gabinete despensa original de los años 20.
La altura de techos se aprovecha para hacer dos filas de armarios altos. Las paredes están revestidas del mismo tipo de listones de madera de la entrada y la zona de cocción y aguas está protegida con un mosaico blanco igual que las paredes, a contraste con la encimera de laminado negro en la que se encastran la placa de cocción y el fregadero.
Bajo la ventana, un bonito rincón de comedor.
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El baño es muy sencillo, como de costumbre, con las paredes blancas y el suelo negro en el que se mimetiza la ducha, delimitada sólo por una mampara.
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Como otros apartamentos que hemos visto, éste tiene unas bonitas zonas comunes exteriores e incluso una sauna con ducha en el sótano.
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