Estocolmo bohemio
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Hoy, como casi todas las semanas, os enseño una vivienda con unas dimensiones más bien modestas, 64 m2. Creo que todas las que vamos viendo son un ejemplo de que una buena distribución hace maravillas. Respetando ante todo una máxima de la decoración nórdica: la sencillez, evitar la acumulación de objetos que nos aportan bastante menos de lo que pensamos.
El piso de hoy, la vivienda de un o una artista es también un piso de construcción clásica que ha sido recientemente renovado pero respetando todo aquello que le da personalidad hoy: suelos de madera, chimeneas, molduras y rosetones en el techo.
Los grandes ventanales con profundos nichos ofrecen una luz natural muy agradable.
Como muchos de estos pisos, tiene una zona común de la que pueden disfrutar todos los inquilinos y que mantienen entre todos, esto significa que, por ejemplo, se turnan para cortar la hierba.
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En la entrada ya se aprecian los techos altos y los suelos de madera originales que encontraremos luego en todas las habitaciones.
Entrando a la derecha se entra a un vestidor, del que no hay foto.
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Una zona común engloba cocina, comedor y sala de estar.
La gran protagonista en esta zona, además de la luz que entra por los dos grandes ventanales, es la pared de ladrillo visto, que me gusta mucho pero me plantea dudas sobre su practicidad en una zona tan expuesta a salpicaduras de todo tipo.
El suelo está lijado y pintado. Las paredes pintadas de gris. Una chimenea nueva con leñero destaca con su color negro sobre las pareces claras.
Una mesa de comedor grande, una estantería abierta para menaje y despensa y, como mobiliario de sala de estar, un sofá y una butaca apoyados en la pared.
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Desde la zona común entramos a los dos cuartos, separados entre sí por una pared con dos puertas, de vidrio de seguridad, con marcos de acero crudo, que permite que la luz inunde el cuarto que se usa de dormitorio y en el que destaca la chimenea de azulejos.
El otro cuarto es el estudio del pintor, con una pintura de pared diferente.
Los dos están decorados de manera muy personal, con mobiliario de segunda mano y vintage, como el precioso mueble de cajones o el cabecero de la cama que parece una puerta antigua con chorretones de pintura.
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Sobre el vestidor, pero en el lado opuesto, encarado con la puerta del dormitorio, hay un altillo en el que cabe un colchón de 160 cm y en el que se puede permanecer cómodamente sentado. Además, tiene unos focos empotrados que permiten la lectura.
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El baño me gusta mucho. Me gustan las baldosas del suelo y, sobre todo, me gustan la grifería y los accesorios en latón.
La atmósfera es muy confortable gracias a los focos de luz regulable.
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Me contáis qué es lo que más os gusta de esta casa?
Vía: Fantastik frank