Wukra. Alfombras de lana artesanales.

No podría haber elegido un mejor momento para presentaros esta marca. En Barcelona estamos a 0 grados, hace un frío que pela y mientras escribo esto están cayendo unos tímidos copos de nieve. Estoy por agarrar una de las mantas que tengo en la tienda y ponérmela sobre las rodillas.

Estamos hablando de una pieza multiusos. Son alfombras preciosas y agradables de pisar, que dan calidez a cualquier estancia. Calidez real y calidez visual.

Puede ser también un cubrecama o una manta, para interior o para una terraza.

Y quedan preciosos colgados de la pared, como un tapiz.

En cualquier caso, son perfectas para conseguir ese toque bohemio de las casas vividas y para romper con un ambiente demasiado sobrio.

Se fabrican en Ucrania, en las montañas Cárpatos, con lana de ovejas autóctonas. En algunos de los diseños la lana no se tiñe, es el color original de la lana de oveja. Es el caso del modelo Ivanka, que además es uno de los diseños tradicionales del país.

Y cuando se usan tintes, son naturales y son tonos que destacan en la nieve. Es el caso del modelo Dniester, que con sus vivos colores es perfecto para romper con la blancura de la decoración nórdica más típica.

Están fabricados por familias locales. Todos participan en el proceso: unos cardan, otros separan mechas,etc. El proceso de tejido, en telar tradicional, tarda entre tres y siete días. Después, la manta se lava en el río, bajo una corriente fuerte, durante 24 horas, y se seca al sol. Y ésta es la razón de su limitada producción: en Ucrania hay muy pocos días de sol. Tras el secado se procede al cepillado, también manual, de uno de sus lados. El otro se deja sin cepillar, pudiendo apreciar el tipo de punto utilizado.

Y, aunque os pueda parecer complicadísimo de limpiar, no lo es tanto.

Para su mantenimiento, hay que cepillarla de vez en cuando o pasar el aspirador a velocidad suave.

Para eliminar la suciedad se recomienda el método tradicional: sacudirla.

En caso de manchas se pueden lavar con un champú neutro y un trapo húmedo.

Para un lavado completo se recomienda un lavado profesional en seco.

La persona detrás de Wukra es Mila Soltys. Su primer diseño para Wukra fue el liznik Kosib, usando los pigmentos naturales de los Cárpatos.

Pero además de diseñar nuevos motivos, siempre respetando la tradición, también ha rescatado otros muy antiguos, como el Tatarib, cuyo original encontró en un viejo granero, intacto desde hacía 200 años.

Ya véis que la tradición no está para nada reñida con la modernidad, más bien al contrario!

Contadme,  ¿qué os parecen?

Fotos: Wukra.